Del cañón más profundo de la Tierra —Cotahuasi— a las pampas de Felipe Solá

Mucho tiempo ha pasado desde mi infancia y juventud en mi querido y recordado Felipe Solá. Siempre he contado la historia de mi padre, el Dr Juan Gustavo Vera Rosas, sintiendo que fui uno de los pocos que vivió con él sus más intensas vivencias ya que mi hermano, Carlos tenía 12 años cuando el falleció, y mi madre, dejo este mundo el 14 de Febrero del 2013. Ha pasado el tiempo, es verdad. No obstante muchas cosas que él describió hace 40 años siguen igual. En otras ocurrió lo que él predijo que pasaría. Su legado sigue vigente y es muy grande tanto para sus hijos y nietos, como para las futuras generaciónes de Felipe Solá y del partido de Púan que hoy disfrutan de muchos logros de su lucha. Y en contraste con esto ocurre que el Estado, principalmente el de Puán, nunca ha querido reconocer su “error”, es más, han habido intentos institucionales de partidos políticos para declarar persona ilustre al comisionado de facto, Miguel Angel Vera colaborador del genocidio Argentino que persiguiera y dejara cesante al mencionado “galeno”.